Un asombroso descubrimiento, que fue recordado hoy por Google, impactó al mundo en 1984, cuando investigadores encontraron los restos óseos de un niño de aproximadamente ocho años en el lago Turkana, al norte de Kenia.
En ese momento, lo más impactante fue la conservación de su estructura física. El conocido “niño de Turkana” es considerado el fósil más completo de Homo ergaster que se hayan descubierto: solo le faltaban las manos y los pies.
Sus huesos se hundieron en los sedimentos del Turkana y se preservaron durante 1,5 millones de años. Sin embargo, este niño es solo uno de los muchos fósiles de estos humanos que se descubrieron cerca del lago, que se ha convertido en un lugar emblemático.
Fue allí donde el célebre paleoantropólogo Richard Leakey realizó importantes hallazgos de homínidos fósiles. Uno de ellos, el bautizado como Homo rudolfensis, tiene más de dos millones de años de edad y fue encontrado en 1972.
En tanto, en 1999, Meave Leakey descubrió -en las proximidades del lago- un cráneo de unos tres millones y medio de años, con rasgos intermedios entre Australopithecus y Homo, el cual recibió el nombre de Kenyanthropus platyops, que significa “hombre de Kenia de rostro plano”.
El lago Turkana está situado en un ambiente desértico, tiene una superficie de 6405 km² y es conocido como el más alcalino del mundo. Las características geológicas de su entorno son predominantemente volcánicas y allí habitan actualmente leones, guepardos y jirafas, entre otras especies de mamíferos. Alrededor, hay tres parques nacionales de Kenia, considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997.