Ya comenzó a regir la nueva norma lumínica elaborada por el Ministerio del Medio Ambiente, que tiene como objetivo avanzar hacia una iluminación más sostenible, reduciendo el impacto en la astronomía, la biodiversidad y la salud de las personas.
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, explicó que “esta normativa, que regirá en todo el país, busca disminuir el impacto de la sobreiluminación en la astronomía, en la salud humana y en la biodiversidad. Se establecen límites de luminosidad, horarios máximos de funcionamiento para pantallas publicitarias o focos de recintos deportivos, además de promover la transición hacia el uso de luz cálida, mucho menos contaminante».
La norma exigirá que, desde las 00:00 horas hasta las 07:00 de la mañana, las pantallas publicitarias permanezcan apagadas. Además, establecerá un límite de emisión para las nuevas pantallas que se instalen, así como mejoras para el alumbrado de exteriores en calles, plazas, industrias, estadios y canchas de barrio.
“Quiero ser clara: no se trata de iluminar menos, sino de iluminar mejor. Seguiremos contando con alumbrado público que entregue seguridad en nuestras ciudades, pero de una manera más sustentable de lo que tenemos ahora. El objetivo es cuidar nuestros cielos, pero también la salud de las personas y la biodiversidad”, añadió la ministra Rojas.
La Superintendencia del Medio Ambiente será el organismo encargado de fiscalizar la nueva normativa. Así lo explicó la superintendenta Marie Claude Plumer, quien señaló que “históricamente hemos recibido denuncias de todo el país por problemáticas asociadas a la luminosidad de las pantallas, por lo que ahora podremos hacernos cargo y abordar la afectación que se está produciendo en la salud de las personas”.
La superintendenta agregó que, respecto del monitoreo del cumplimiento, “esta normativa tiene un elemento muy interesante, ya que considera una fiscalización preventiva, anticipada y temprana, a través de la certificación que deberán entregar los laboratorios autorizados por la SEC”.
Para la seremi del Medio Ambiente de O’Higgins, Giovanna Amaya, este es un importante hito ambiental, ya que, según indicó, “esta nueva Norma Lumínica aumenta las exigencias y establece a la biodiversidad y la salud humana como objeto de protección ambiental adicional a la calidad astronómica de los cielos nocturnos, por lo cual la hace extensiva a todo el país, lo que es tremendamente positivo. Va en la línea del Gobierno Ecológico del Presidente Gabriel Boric y es un gran paso para la protección de la biodiversidad y la salud de las personas”.
Dado que la luz blanca fría es la más contaminante, la nueva norma lumínica impulsará la transición hacia el uso de luz cálida, con restricción en la emisión de luz azul. Se contará con límites diferenciados para todo el país y para las denominadas Áreas de Protección Especial.
Estas zonas especiales serán dos. Primero, las de valor para la observación astronómica con fines de investigación científica, conocidas como Áreas Astronómicas y que han sido declaradas por el Ministerio de Ciencias. Segundo, las Áreas de Protección de Biodiversidad o Áreas Protegidas, como Parques Nacionales, Reservas y Santuarios de la Naturaleza, entre otros. En este segundo grupo se incluyen, además, las zonas de reproducción y comunas con mayor impacto en especies amenazadas por la contaminación lumínica, señaladas expresamente en un Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies (Plan RECOGE), elaborado por el Ministerio del Medio Ambiente.
La contaminación lumínica
La contaminación lumínica es producida por la luminosidad artificial que, por su distribución espacial, niveles o color, produce impactos en la observación del cielo nocturno, la biodiversidad y la salud de las personas. Algunas expresiones comunes de la contaminación lumínica son el brillo del cielo sobre las ciudades, la luz que ingresa desde la calle a un dormitorio, un cartel publicitario que encandila a los conductores y transeúntes, entre otros.
En relación con los impactos asociados a la biodiversidad, la luz instalada de manera incorrecta o con ciertas características, como una alta emisión en la banda azul del espectro visible, puede afectar a diversas especies nocturnas. Entre los impactos registrados en seres vivos se encuentran la modificación de los patrones de conducta y reproducción de las especies, la alteración de los patrones de alimentación, que afecta el equilibrio natural existente, y la modificación de los patrones de migración. En este sentido, por ejemplo, las aves pueden verse atraídas por las luces de una ciudad, donde finalmente mueren por colisiones o por el cansancio de volar en torno a la fuente de luz.
En cuanto a los efectos de la exposición a luminosidad artificial nocturna en la salud de las personas, cabe señalar que puede alterar el ciclo circadiano de las personas, provocando cambios en la secreción de la hormona melatonina, encargada de regular dicho ciclo, entre otras funciones. Esta alteración está relacionada con otros efectos dañinos para la salud, como perturbación del sueño, aumento en el riesgo de cáncer de mama y próstata, así como enfermedades cardíacas o enfermedades metabólicas como obesidad y diabetes.
Producto de esta contaminación, cerca del 83% de la población mundial vive bajo cielos contaminados y en Chile, solo el 1% de la población vive en zonas con cielos oscuros. Además, se estima que la contaminación lumínica aumenta en un 2% anualmente.deportivos deberán apagarse a la medianoche